Misiones…la de la Tierra Colorada y gente multicolor. La de las cascadas Maravillas y la selva subtropical… Habitada por gente cálida, amable y predispuesta. Misiones de los Jesuitas y de los inmigrantes, la de la estirpe guaraní y sangre gringa. La del abrazo apretado y la mano extendida…Provincia mesopotámica, territorio de sierras y llanuras, tierra abierta por el arado y la historia, de leyendas y relatos clásicos adaptados a la siesta y la quietud de nuestro interior profundo. La del mate amargo y el tereré frutado, con “cocú”, menta, naranja o limón. Donde el “mbeyú” y la “chipa” marcan tendencias…el reviro se disputa en concursos y la torta frita brilla en tardes de lluvia.
Lugar donde el Nosotros…constituye un plural de infinidad de culturas, rostros, tonos y tonadas particulares, únicas, distintas y donde a partir de las diferencias se construye una identidad que damos en llamar MISIONERISMO. En un concepto inclusivo y amplio…síntesis de este mestizaje que asumimos con el orgullo inmenso, como la “ll” en “lluvia”, “llave”, “calle” y “pollito”.